samael-and-johnSoy el Kalki Avatara de la Nueva Era de Acuario y me dirijo a los hermanos del Movimiento Gnóstico.

            Es claro que el ser humano puede desarro­llar facultades superlativas, trascendentales, con las cuales puede percibir el ultra de la naturaleza.

            Existe la clarividencia, facultad que nos permite ver en los mundos internos.

            Existe la intuición. Sabed vosotros que la intuición está íntimamente relacionada con el chacra del corazón.

            También existe en el ser humano la te­lepatía. Ese maravilloso poder se halla íntimamente relacionado con el plexo solar, cuyo centro de gravedad está ubicado un poquito más arriba del ombligo.

            Voy a enseñarle, a los hermanos, los mantrams con los cuales podemos desarrollar nues­tras facultades: «Mantram» significa «palabra de poder».

            Sabed vosotros que el sonido produce efectos, visibles y tangibles para todo el mundo. Un disparo de cañón, por ejemplo, con su sonido, puede romper los vidrios de toda una manzana de casas. Una palabra suave, apacigua la ira; una palabra irónica, provoca muchos sentimientos en el que la escucha. Así que, el sonido es la causa causorum de todo lo creado. Con justa razón dijo Juan: «En el principio era el Verbo y el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. Por él, todas las cosas fueron hechas, y sin él, nada de lo que es hecho, hubiera sido hecho».

            Es conveniente saber pues, hermanos, que los mantrams son palabras de poder. Las vibraciones de esas palabras, de esas letras, de esas múltiples combinaciones de sonidos, des­piertan los poderes latentes del ser humano.

            Empecemos por conocer los mantrams que sirven para despertar la clarividencia. Este sentido nos permite ver el ultra y se halla íntimamente relacionado con la glándula pituitaria.

            La glándula pituitaria está exactamente situada entre las dos cejas. La vocal fundamen­tal de esta glándula, es la vocal «I». Sobre esa vocal se sostienen todos los mantrams rela­cionados con el poder de la divina clari­videncia.

            La vocal «I» se pronuncia así: IIIIIIIII. (Se puede vocalizar esta letra muchas veces). También, con esta vocal, se pueden combinar algunas consonantes y el resultado es asombro­so (así se forman los mantrams).

            Hay un mantram que nos permite desarro­llar la clarividencia en muy poco tiempo: el mantram «Isis». Como sabéis vosotros, Isis era muy venerada en el Egipto. Aquel que logre levantar el «velo de Isis», ve el ultra de toda la creación. Es necesario que vosotros levantéis el «velo de Isis», es urgente que voso­tros aprendáis a deletrear los mantrams.

            La vocal «I», es el fundamento del mantram Isis. Este mantram se pronuncia así: IIIIIIIISSSSSSS-IIIIIIIISSSSSSS…

            Como veis vosotros, la «S» se debe prolon­gar, como un silbido dulce y apacible. La letra «S» hace vibrar, intensamente, al loto ma­ravilloso que está situado exactamente entre las dos cejas. Llegará el día en que si vosotros continuáis con esta práctica, desarrollaréis la divina clarividencia. Entonces, todos los Misterios de la Vida y de la Muerte serán para vo­sotros visibles y tangibles.

            Otro mantram, también muy importante para el desarrollo de la divina clarividencia, es el mantram «Suira». Este mantram se vocaliza así: SUUIIIIIIIIIIRRRRRRRRAAAAAA…

            Podéis vocalizar este mantram, media hora diaria. Lo importante es no cansarse, lo importante es la tenacidad, es urgente que cada uno de nosotros aprenda a ser tenaz. Así es, hermanos, como vosotros lograréis vuestras facultades; es indispensable que seáis constan­tes, es indispensable que tengáis fe, es necesa­rio que tengáis profunda devoción interior.

            Otro mantram, también muy importante para el desarrollo de la clarividencia, es la le­tra «R». Lo fundamental es aprender a vocalizar esa letra, dándole una entonación muy aguda, muy fina, imitando la voz de un niño. Así: RRRRRRRRRR (una voz muy aguda, ¿verdad?; un sonido demasiado agudo, difícil para nosotros los varones, pero indispensable: es necesario para el desarrollo de la clarividen­cia). Con esa letra, despertaréis la clarividen­cia muy rápidamente.

           mantras1-976x600 Podéis, vosotros, vocalizar los mantrams dentro de vuestro propio apartamento, dentro de vuestra propia recámara. Si veis que al­guien os está escuchando, pues hay una mane­ra muy fácil de evitar que lo escuchen a uno, cuando está haciendo sus prácticas: ponéis vuestro radio, sintonizad una estación, pero con volumen alto. Entonces el sonido del radio evitará que las gentes externas puedan es­cucharnos. Así hay que hacer en la vida moderna, por­que como nosotros vivimos una vida tan artificiosa, no estamos en las épocas aquellas de la India, del Tíbet o de la antigua Jerusalén, en las que cada cual podía hacer sus prácticas sin que a los demás les interesara «un comino» lo que uno estaba haciendo. Ahora, hermanos, hay que saber manejarse lo mejor posible, den­tro de este ambiente tan rudo en que vivimos.

            Pasemos ahora a estudiar, hermanos, la clariaudiencia. Sabed que la clariau­diencia es la facultad que nos permite escuchar en el ultra, oír en el ultra. El hombre que desarrolla la clariaudiencia, puede escu­char las voces de los desencarnados y las voces de los Angeles, de los Tronos, de los Querubines, Serafines, etc., etc. Esta maravillosa fa­cultad está situada, exactamente, sobre la glándula tiroides. La glándula tiroides está en la laringe; es una glándula muy importante: excreta el yodo biológico. En esa glándula hay un chacra maravilloso, un chacra que al ser despertado, pues, confiere el poder de oír en el ultra.

            Los mantrams para el despertar de la clariaudiencia, son muchos. Voy a enseñaros algunos. En todo caso, empecemos por la «E». Sabed vosotros que la «E» es el fundamento de todos los mantrams relacionados con la clariaudiencia. La letra «E» se vocaliza así: EEEEEEEEEEE… Esto se hace muchas veces y se continúa durante diez minutos, quince minutos, media hora. Al terminar uno de vocalizar la letra, hay que volver a inhalar el oxígeno (y se inhala por la nariz, claro) y luego, al exhalarlo, se vocaliza nuevamente así: EEEEEEEEEEE…

            Esta es la letra fundamental de la clariaudiencia. Ahora voy a enseñaros algunos mantrams para el desarrollo de esa facultad. Empecemos con el siguiente:

            AAAAAAAUUUUUUUMMMMMMM

            CHIIIIIIIIIIIIIIIIIII

            VAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

            TUUUUUUUUMMMMMMMMMMMM

            EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE

            Como veis, este mantram (AUM-CHI-VA-TUM­-E) es maravilloso, su vibración es formidable. Con estos mantrams, lograréis el desarrollo de la clariaudiencia.

            ¡Despertad la clariaudiencia, mis caros hermanos! Es necesario que aprendáis a oír (repito) en los mundos superiores. Sed constantes y vocalizad un tiempo los mantrams, hasta lograr el desarrollo de vuestras facultades superlativas, trascendentales.

            Otro mantram, también bastante importante para el desarrollo de la clariaudiencia, ha sido siempre el mantram «WU» de la meditación, sabiamente combinada ésta con la oración mística y la entonación de las letras «E» y «N», así: EEEEEEEENNNNNNNN. Si vocalizáis, combinando la meditación con la oración, obtendréis el desarrollo de vuestras facultades en muy poco tiempo.

            Veamos ahora, mis caros hermanos, el asun­to aquel de la intuición. ¿Qué se entiende por «intuir»? Voy a deciroslo: la intuición nos confiere el poder de saber, sin necesidad de razonar. En la razón hay un proceso comparativo: esto es blanco porque aquello es negro, o viceversa. En la intuición no: la intuición es conocimiento directo, sin el proceso deprimente de la elección conceptual. Se in­tuiciona con el corazón, la intuición es del corazón; el chacra del corazón nos proporcio­na la preciosa facultad de la intuición.

            El mantram de la intuición es el sagrado «OM». Esa sílaba se vocaliza así: OOOOOOOOOOMMMMMMMMMM.

            Como veis, la «O» es la letra principal del centro del corazón.

            Bien, ahora voy a enseñaros los mantrams del corazón. Empecemos con la vocal «O». Se inhala bien el oxígeno (por la nariz) y luego se exhala lentamente, articu­lando la letra «O», así: OOOOOOOOOOOOOO…

            ¡Vocalizad intensamente, hermanos; vocalizad, esta vez para que logréis vosotros el des­pertar de la facultad intuitiva!

            Podéis vocalizar, también, la «O» con la «N» así: OOOOOOOOONNNNNNNNN. Así le dais entonces, a la vocal «O», un sonido acampanado. Esa es la virtud de la «N»: darle cierto sonido acampanado a las vocales.

            Sabed que la oración, la meditación, la contemplación, son caminos que nos llevan a la intuición. ¡No os canséis, mis caros hermanos y vocalizad!

            Pasemos ahora, hermanos, a analizar la telepatía. Muchas veces, vais vosotros por la calle y de pronto, veis a una persona en la cual estabais pensando hace algunos minutos. No hay duda de que, telepáticamente, ya os ha­bíais comunicado con esa persona. La telepa­tía nos permite captar a distancia los pensamientos de las gentes. Una facultad muy inte­resante, ¿verdad?

           psychedelicmeditation Si queréis vosotros desarrollar la telepatía, debéis saber que el fundamento de la misma está en el chacra del plexo solar, y ese chacra se halla situado, exactamente, arriba del om­bligo.

            Hay muchos ejercicios para el desarro­llo de la telepatía. Voy a enseñaros dos.

            El primero es el siguiente: sentáos en un cómodo sillón, de frente al Oriente. Imaginad que las radiaciones solares penetran, todas, en el plexo solar. Imaginad que el plexo solar es como una flor de loto que gira de izquierda a derecha (no desmayéis en esta práctica). Ima­ginad que los rayos son de un bello color azul y dorado; sentid, en vuestro plexo solar, toda la sensación de esos rayos inefables. Practicad sin cansaros; con media hora diaria, es sufi­ciente.

            Ese es el primer ejercicio, mis caros hermanos. El segundo consiste en concentraros intensamente en el plexo solar, y vocalizar la vocal «U», así: UUUUUUUUUUUUUUU. Podéis añadirle también, a esa vocal, la letra «N» para darle un sonido acampanado; así: UUUUUUUUUUNNNNNNNNNN…

            ¡Haced vuestras prácticas con intensidad, no os canséis! Lo importante es que no os canséis, mis caros hermanos; es necesaria la cons­tancia, la tenacidad. Son muchos los hermanos que comienzan a hacer estas prácticas y luego se cansan. Si quieren verdaderamente desarrollar sus poderes, no se cansen. Hay que ser tenaz, muy tenaz. Sin tenacidad, mis caros hermanos, es completamente imposible des­pertar las facultades superiores del alma.

            Les estamos dando los mantrams que se necesitan para el despertar de los poderes; pero si vosotros no sois tenaces, pues realmente estáis perdiendo el tiempo. Lo que se requiere es que vosotros seáis tenaces, ¿entendido?

            Bueno, ahora mis caros hermanos, vamos a analizar aquello de las existencias pasadas. Claro, el que esté escuchando estas enseñanzas, ya habrá leído nuestras obras, y si no las ha estudiado todavía, pues le aconsejo que las estudie.

            El retorno y la reencarnación, son un hecho. Para unos, la reencarnación y el retorno pueden ser una teoría: para otros, puede ser una superstición, para otros una creencia, o lo que sea. Pero realmente, para los que recordamos nuestras existencias pasadas, la reencarnación y el retorno son un hecho.

            Uno puede llegar a recordar sus existencias pasadas, si despierta los chacras pulmonares. Tanto en el pulmón izquierdo como en el derecho, hay centros magnéticos. Los dos chacras pulmonares son maravillosos; despertando esos chacras, pueden ustedes, hermanos, recordar con exactitud las pasadas existencias.

            La vocal «A», hace vibrar los chacras pulmonares. Se vocaliza así: AAAAAAAAAAAAAAA… ¿Comprendido? Si queréis añadirle la «N», tanto mejor, porque le dais a la vocal un sonido acampanado. En ese caso, vocalizaréis así: AAAAAAAAAANNNNNNNNNN.

            Ya veis, hermanos, que esto es fácil. Hacedlo; hacerlo, es lo mejor.

            El Dr. Arnoldo Krumm Heller, aconsejaba a sus discípulos una hora diaria de vocaliza­ción. Decía el Dr. Krumm Heller que se debería vocalizar en el siguiente orden: I-E-O-U-A. Aconsejaba, el Dr. Krumm Heller, llevar el sonido de cada vocal, desde la cabeza hasta los pies. Quería decir el Dr. Krumm Heller, que nos identificáramos con el sonido, llevándolo (imaginativamente) desde la cabeza hasta los pies, ya que así despertarían todos los poderes del hombre.

            El método del Dr. Krumm Heller es como sigue: una inhalación y una exhalación para cada vocal: IIIIIIIIIIII, EEEEEEEEEEE, OOOOOOOOOOOOOO, UUUUUUUUUUUUUUU, AAAAAAAAAAAAAAA.

            Decía el Dr. Krumm Heller que el discípulo debería vocalizar una hora diaria, y éste es el sistema que enseñaba el gran Maestro Huiracocha.

            Nosotros, en los inicios del Movimiento Gnóstico, vocalizábamos haciendo «Cadenas», o también vocalizábamos solos, individualmente, cada uno. Utilizábamos muchos mantrams, y cada vocalización de I-E-O-U-A, la combinábamos, por ejemplo, con la «CH» y el resultado siempre fue maravilloso: los hermanos desarrollaron sus poderes ocultos. Estos hermanos están muy avanzados: tie­nen clarividencia, tienen clariaudiencia, tienen desarrollada la telepatía, son intuitivos, recuerdan las existencias pasadas, saben entrar y salir del cuerpo físico a voluntad, es decir, se desdoblan, saben salir en Astral. ¿Entendéis, hermanos?

            Bien, sigamos adelante… Con los man­trams CHIS, CHES, CHOS, CHUS, CHAS, se obtienen siempre maravillosos resultados, en esta cuestión del despertar de poderes. Estos mantrams se vocalizan así: CHIIIIIIIISSSSSS, CHEEEEEESSSSSS, CHOOOOOOSSSSSS, CHUUUUUUSSSSSS, CHAAAAAASSSSSS.

            La combinación de la «CH» con la vocal, y poniendo la «S» al final del mantram, es algo extraordinario, algo maravilloso: giran los chacras potentemente, se despiertan los sentidos internos del hombre. Empero, vuelvo a re­petir, hermanos: sin cansarse; no se cansen.

            Estos son ejercicios que los debe uno practicar durante toda su vida; uno debe acostumbrarse a estos ejercicios, lo mismo que al desayuno. Si en la vida coge uno tantos vicios, si en la vida (a muchos) les da por coger el vicio del licor, el vicio del cigarrillo, etc., pues mejor que esos vicios, es la práctica de los mantrams; son mucho mejor que estar en cantinas, en tabernas. Uno llega a querer tanto a los man­trams, que al fin no se siente uno bien el día que no ha practicado sus ejercicios.

             ¡Sed tenaces, hermanos, sed tenaces! Ese es el consejo que yo os doy a vosotros.

            Ahora voy a enseñaros el mantram para el desdoblamiento astral, el mantram Faraón.

            Acostaos boca arriba, levantad las rodillas, apoyad la planta de los pies sobre la cama. Claro, al hacer esta operación, las rodillas quedan levantadas, ¿verdad? Repetid el mantram Faraón, así: FAAAAA-RRRRRAAAAA-OOOOONNNNN… Repetid este mantram, muchísimas veces. Podéis vocalizarlo un poquito más suave; también podéis vocalizarlo mentalmente y adormeceos, conservando así las rodillas levantadas. Adormeceos, y confor­me os vayáis adormeciendo, deberéis imaginar (vivamente) las pirámides de Egipto. ¿En­tendido?

            Esto no es trabajoso, hermanos; convénzanse ustedes de que no es trabajoso. Dedicad toda la atención mental y adormeceos. El resultado será espléndido: saldrán en astral y despertarán allá, en los mundos internos; abandonarán su cuerpo físico, sin saber a qué hora ni cómo.

            Bien, el poder más grande que existe en el mundo, la mejor clave que se conoce para sa­lir en astral, depende de las fuerzas se­xuales. Se les hará raro, a ustedes, que ha­blemos en esta forma, ¿no? Pongan cuidado, pongan ustedes atención: Las energías creadoras (la famosa «libido», de la que nos hablara Sigmund Freud), es decir, la fuerza sexual, cuando está en proceso de transmu­tación libido genética, produce un sonido, un sonido semejante al del grillo.

            Bien, hermanos, uno debe aprender a usar esa clave, para salir en astral. Voy a enseñárselas: ustedes se adormecen, vocalizando mentalmente las sílabas LA-RA, así: LAAAAAAAA-RRRRRRAAAAAA… Pero hay que hacer esta practica con tenacidad, con cons­tancia.

            Vocalicen mentalmente, luego adormézcan­se. Esas dos sílabas tienen el poder de hacer vibrar intensamente las energías sexuales. Entonces, por lógica deducción, sabemos que tan pronto las energías están en potente y elevada vibración, se produce aquella letra que es el silbido mismo del Fohat, del fuego: la letra «S». Esa letra vibra así: SSSSSSSSSSSSSSS… Se siente, ciertamente, esa letra vibrar en el cerebelo, como si fuese el canto del grillo, o un sonido semejante al que producen los frenos de aire comprimido.

            Cuando ustedes escuchen ese sonido, no se asusten. Gradúen el volumen. Ustedes pueden darle mayor resonancia con la voluntad, y cuando ya esté el sonido vibrando muy intensamen­te, cuando tenga ya una gran resonancia, aprovechen: levántense de su cama; no se pongan a pensar que «si me levanto con cuerpo», o que «si me levanto sin cuerpo», o que «yo me levanto, que dónde queda el cuerpo»… Por lo común, los estudiantes viven en todas esas vacilaciones, en todas esas incertidumbres, no comprenden.

            ¡Levántense, les repito, levántense! Al levantarse, la naturaleza se encargará de separar la parte astral del cuerpo físico. Ustedes todo lo que tienen que hacer es levantarse. Claro, no se trata de levantarse mentalmente; lo que estamos hablando, debe traducirse en hechos. ¡Levántense de su cama; lo del cuerpo, eso no les interesa a ustedes! Ustedes lo que tienen que hacer es levantarse, y antes de salir de su recámara, den un saltito con la intención de flotar en la atmósfera. Si ustedes flotan, es porque están en el Mundo Astral, ¿entendido? Si ustedes no flotan, vuélvanse a meter a su lecho y repitan el experimento.

            Repito: no se cansen; si hoy no pudieron, mañana sí podrán. Muchos discípulos triunfan inmediatamente, y otros se gastan me­ses, y hasta años enteros para aprender. En todo caso, la tenacidad vence.

            De manera pues que, al sentir ustedes ese sonido, se levantarán de su cama, ¿entendido?, y saldrán de su cuarto; pero antes de salir de su cuarto, den un saltito adentro, dentro de su misma habitación. Den un salto con la inten­ción de flotar, y si flotan, es porque están en el astral. Esta es una clave maravillosa; es muy importante esta clave, e indispensable.

            Otra clave, que también ha dado muy buen resultado para salir en astral, es la del discernimiento. Durante el día van ustedes por la calle, por ejemplo, y de pronto se encuen­tran con un amigo que hace muchos años no veían. En tal caso, llámense ustedes mismo a la reflexión, pregúntense a sí mismos: «¿será que estoy en astral?», «¿andaré fuera de mi cuerpo?», y den un saltito con la intención de flotar. Es claro que sí flotan, es porque están en el astral.

            ¿Qué tal si ustedes van por la calle y de pronto se encuentran con un amigo que murió hace veinte o treinta años atrás? Lo más lógico es que ustedes mismos se llamen al orden, que se pre­gunten a sí mismos: «¿estaré en astral?» Luego den un saltito y si flotan, es porque están en astral.

            Si van ustedes por la calle, por ejemplo, y de pronto se encuentran con una multitud, en­tonces hermanos, un poquito de reflexión, sólo por unos instantes, que ningún trabajo les cuesta a ustedes. Pregúntense a sí mismos: «¿será que estoy en astral?» Enseguida, hagan el ensayo: den un saltito, con la inten­ción de flotar. Si flotan, es porque están en astral, ¿verdad?

            Si ustedes, por ejemplo, ven por allí una vitrina en algún almacén, donde hay un objeto curioso, pues háganse ustedes mismos la pregunta: «¿estaré en astral?»

            Muchas veces los estudiantes se han hecho la pregunta a sí mismos, y al dar el saltito, el resultado es que estaban en el astral, estaban realmente en el Mundo Astral, pero andaban inconscientes, creyendo que estaban en carne y hueso.

            De manera, hermanos, que hay que apren­der a discernir. Oiganlo bien: a dis­cernir.

            En las horas del sueño normal, uno vive en los mundos internos con la Conciencia dormida. Allí en los mundos internos, nosotros los hermanos mayores, vemos a los carpin­teros en sus carpinterías, a los vendedores de productos mercantiles en sus almacenes, a los choferes manejando sus carros, o sus máqui­nas, etc., y todos están completamente conven­cidos de que están en carne y hueso. Cuando uno le pregunta, a algún amigo de eso: «¿en qué mundo se encuentra?, ¿donde cree usted que está, amigo mío?», siempre contesta que «está en carne y hueso», y si uno les dice que están en astral, nunca creen, siempre se burlan. Si esas gentes despertaran la Conciencia, en los mundos internos entra­rían a los templos, se transformarían radicalmente. Pero como a esas gentes nunca se les ocurre hacer este ejercicio que estamos enseñando, viven siempre con la Conciencia dor­mida.

            Si ustedes hacen esta práctica, y durante todo el día (a cada minuto, a cada segundo, en presencia de una persona que hace mucho tiempo no veían, en presencia de un objeto curioso, en presencia de una multitud, etc., etc.), se hacen la pregunta, es claro hermanos que este ejercicio se graba muy bien en el subconsciente, y el resultado es que por la noche resultan haciéndose la pregunta en el Mundo Astral, y claro, al hacérsela en el astral, pues entonces despiertan Conciencia, ¿entendido? Y es que lo que uno hace en el día, se repite en la noche, durante el sueño, y si ustedes se acostumbran a hacer este ejercicio durante el día, pues es claro que en la noche resultan haciéndolo (durante el sueño) y al hacerlo durante el sueño, pues despiertan Conciencia, y al despertar Conciencia, entonces pueden visitar los templos de la Logia Blanca, entonces pueden invocar a los Angeles.

            Por ejemplo, si ustedes están en astral y quieren invocar a un Angel (por ejemplo al Angel Anael, el Angel del Amor), pueden invocarlo así: AAAANTIAAAA-DAUNAAA-SASTASAAA… ¡Venid hacia aquí, venid hacia aquí, venid hacia aquí; por el Cristo, por el Cristo, por el Cristo! Podéis estar segu­ros que Anael concurrirá a vuestro llamado. Anael es muy sabio; con él podréis platicar lo que queráis, con él podréis aprender muchas cosas. El sabe medicina, él sabe curar, él se relaciona con todos aquellos asuntos del amor, etc. (Anael es muy sabio).

            Si queréis invocar, por ejemplo, a cualquier Angel Planetario, utilizad siempre la misma clave y seréis escuchados. Pero ante todo, mis caros hermanos (o hermanas, es decir, el que me esté escuchando), deberéis aprender a salir en astral. En el astral podéis ir al Sham­bala y hablar personalmente con el Divino Maestro, Jesús El Cristo. El vive en el Shambala con su mismo cuerpo, resucitado de entre los muertos. No sé cómo hay gente que se atreve a decir que Jesús El Cristo se reencarnó en Pedro, o en Juan, o en Diego, o en no se quién… ¡La gente tiene tantos errores! Todavía, a estas horas de la vida, no quieren creer en la pala­bra de Jesús, no quieren creer en lo que está escrito en el Evangelio. Jesús resucitó, hermanos, y tiene su cuerpo físico, lo conserva vivo en el Shambala. El Shambala es un país del Tíbet, un país que está en Estado de Jinas, un país secreto, ¿entendido?

            Bueno, hermanos, de manera pues que, hay que aprender a vocalizar los mantrams que sirven para salir en astral; hay que conocer las prácticas.

            También vosotros podéis invocar a los seres inefables, para que ellos os enseñen a salir en astral (ellos les enseñan). Si vosotros, pues, invocáis a Harpócrates, podéis estar seguros que él os enseñará a salir en astral.

            Primero, el estudiante aprende a salir en astral; más tarde aprende a meter su cuerpo físico dentro de la Cuarta Dimensión. Es un poquito más duro esto, ¿verdad? Eso de meter el cuerpo de carne y hueso dentro de la Cuarta Dimensión, aparentemente es muy trabajoso; sin embargo, se hace.

            El que quiera meterse (con su cuerpo de carne y hueso) dentro de los mundos internos, es decir, el que quiera aprender a poner su cuerpo físico en Estado de Jinas, pues debe conocer las claves. Harpócrates, por ejemplo, nos enseña a salir con cuerpo de carne y hueso; Harpócrates nos enseña a transportarnos de un lugar a otro, en pocos instantes. Harpócrates nos enseña a meter el cuerpo den­tro de los mundos superiores.

            Todo aquel que aprende a viajar con el cuerpo de carne y hueso por entre los mundos superiores, de hecho puede hacer maravillas. Jesús hacía estas maravillas, Jesús caminaba sobre las aguas, porque llevaba su cuerpo físico sumergido dentro de los mundos internos. Pedro también aprendió (al principio le iba costando caro). Recuerden aquella noche en que Jesús caminó sobre las aguas del Mar de Galilea. Eso fue muy interesante: él venía con su cuerpo físico en Estado de Jinas; Pedro salió a su encuentro. Desgraciadamente, Pedro dudó. Si Pedro no hubiera dudado, tampoco se habría sumergido. El pobre Pedro ya se estaba sumergiendo; Jesús tuvo que ayudarlo y le dijo: «¡Hombre de poca fe, ¿por qué du­daste?»

            La clave para poner el cuerpo físico en Es­tado de Jinas, es la fe. El hombre que no tiene fe, pues fracasa. De hecho, la fe es un poder solar (no me estoy refiriendo, her­manos, a la fe aquella «del carbonero»; hablo de la fe consciente).

            Bien, si ustedes quieren meterse con su cuerpo físico dentro de los mundos internos, pueden hacer lo siguiente: acuéstense del lado izquierdo, pongan la mano izquierda sobre la almohada; luego apoyan la cabeza sobre la palma de la mano izquierda. ¿Entendido? Bien, invoquen a Harpócra­tes, así: ¡HAR-PO-CRA-TIS, HAR-PO-CRA­-TIS, HAR-PO-CRA-TIS; por el Cristo, por el Cristo, te invocamos, te llama­mos! ¡Por el Absoluto, por el Absoluto, por el Absoluto, te llamamos; HAR-PO-CRA-TIS, ayudadme a poner mi cuerpo físico en Estado de Jinas!

            Bien, hermanos, ahora adormézcanse, concentrados en Harpócrates. Cuando ya se sientan con un poquito de sueño, cuando ya empiecen a sentir los primeros síntomas del sueño, pueden levantarse de la cama, con toda la fe. ¡Levántense, como se levanta un sonámbu­lo, pero levántense!, ¿entendido? Levántense, conservando el poquito de sueño que tengan, ¿comprenden? Bien, después de levantarse, darán unos pasos dentro de su propia recámara o habitación. Luego, antes de salir a la calle, es mejor que hagan el ensayito adentro, dentro de la propia recámara, para saber si ya están en Estado de Jinas, porque de lo contrario, ¿qué van a hacer ustedes a la calle? Den el saltito, pues, y si flotan es porque ya el cuerpo se metió dentro de los mundos inter­nos. Entonces pueden salir tranquilamente a la calle y dirigirse a los templos que están en Estado de Jinas.

            Recuerden que en el Bosque de Chapultepec hay un templo maravilloso. El Templo de Chapultepec es formidable: es un Templo Rosacruz Gnóstico. El Jefe de ese tem­plo es el Maestro Rasmussen. Ustedes pue­den intentar visitarlo. No sé si los dejen en­trar; todo depende de ustedes. Si ustedes lle­van una vida muy recta, si están bien prepara­dos, si son hombres muy virtuosos, o si ustedes son hermanas (que están escuchando) y son muy virtuosas, muy puras (en fin), sólo así pueden entrar. De lo contrario, ¡quién sabe! En todo caso pruébenlo, a ver… Ahora, si no los dejan entrar a Chapultepec, pues pueden darse el gusto de viajar por la Europa, por el Asia, por el Africa, por donde ustedes quieran. Con el cuerpo físico en Es­tado de Jinas, puede uno transportarse a los más remotos lugares de la Tierra.

            El Dr. Krumm Heller decía que había necesidad de adormecerse, invocando uno a Harpócrates, pero que debía uno imaginarse un huevo de color azul, un huevo o «blanquillo» muy luminoso, azul celeste, y verse uno metido dentro de ese huevo.

            Bien, eso señalaba el Dr. Krumm Heller. Pero la forma más práctica de hacerlo, es bus­car realmente un huevo de gallina; luego despuntarlo, hacerle un pequeño agujero por la parte más cónica, más puntiaguda. Sin embargo, antes de hacer esa operación, es necesa­rio pasar el huevo por agua tibia (ligeramente, muy ligeramente). Luego hay que sacarle la yema y la clara, hasta que quede la pura cascara. Cuando se tiene esa cáscara, se pone cerca de la cama. Lo importante es que se ten­ga siempre la figura del huevo, cuya corteza está relacionada con los poderes de Harpócrates.

            Recuerden que Harpócrates se relaciona precisamente con el huevo. Se dice que la Tierra antigua tenía una forma de huevo, era oviforme. En Egipto se usaba también el huevo y lo ponían sobre la cabeza de las momias. Recordemos el «huevo de oro» de Brahma. En el huevo se hallan contenidos los poderes de la creación. Harpócrates sabe mane­jar esas fuerzas, contenidas en el huevo.

            Ahora bien, si en el huevo se hallan contenidas las fuerzas de la creación, es lógico que tiene que tener poderes formidables. Harpócrates sabe manejar esos poderes, esas fuerzas formidables.

            Si observáis todo lo creado, ha salido del huevo. El mismo hombre, se formó del huevo. Sí, el óvulo materno es un verdadero huevo y el huevo es fecundado por el zoospermo (esto lo saben los Biólogos).

            Bien, ahora observad las plantas: la semilla es un verdadero huevo y de esa semilla sale la planta. Los mares salen del huevo, todo lo que existe ha salido del huevo. Luego el huevo simboliza la materia física, y si Harpócrates tiene poderes sobre el huevo, los tiene sobre la materia física. Y si Harpócrates tiene poderes sobre la materia física, puede poner nuestros cuerpos físicos en Estado de Jinas, puede sumergir nuestro cuerpo dentro de la Cuarta Dimensión. Eso es perfectamente lógico, mis caros hermanos. Analícenlo por sí mismos y se convencerán ustedes de que es lógico. No estamos hablando de algo que sea absurdo. Claro, para el científico materialista esto será absurdo, pero a nosotros ¿qué nos importa el científico materialista? A nosotros lo que nos interesa es ir al grano, a los hechos. Al científico materialista le daremos primero las enseñanzas escritas; llegará el día en que si él practicara, se convencería por sí mismo.

V. M. Samael Aun Weor